"El futuro es ahora"

Lucas di Grassi, sigamos la pista a su entusiasmo por el futuro echando un vistazo al pasado. ¿De dónde surge ese impulso interior de dar forma al futuro?
Siempre he estado convencido de que cada persona tiene la obligación moral y social de trabajar constantemente para mejorar su campo de acción. Por ejemplo, en mi caso, el deporte del motor me ha entusiasmado desde que era niño. En un momento dado, me di cuenta de que el automovilismo también es una plataforma para el desarrollo de la tecnología. Una plataforma para inspirar a las personas y ofrecerles una experiencia de movilidad siempre mejor.

¿Cuándo empezó a actuar por primera vez de acuerdo con esa convicción?
Fundé mi primera ONG a los 22 años. Me di cuenta de que conducía mi coche de forma mucho más eficiente y ahorrando más combustible que otros miembros de mi familia. Por eso quería dar a otros consejos sobre cómo conducir de forma más segura ahorrando costes y combustible al mismo tiempo. Era solo un proyecto pequeño, pero ya respondía al mismo espíritu que mis iniciativas actuales. Quiero aprovechar mis conocimientos sobre la movilidad y la tecnología que la sustenta para inspirar a otros. Quiero contribuir a dar forma al futuro.

¿Por qué eso es tan importante para usted?
Mis antepasados vinieron a Brasil desde Italia. Cuando mi bisabuelo llegó a Brasil, mi familia ya pertenecía a la clase media. Afortunadamente, en toda mi vida nunca he tenido problemas de subsistencia. Disfrutaba de las mejores condiciones de partida. Al mismo tiempo, creo que los problemas del mundo se deben fundamentalmente a la falta de igualdad de oportunidades. Siempre he sentido la necesidad de devolver algo a la sociedad. Eso es lo que me impulsa. Tener éxito y no dar nada a la sociedad no es sostenible. Así, uno no deja nada importante.

¿No se lo pone demasiado difícil a sí mismo algunas veces?
Me impulsa una gran curiosidad. Quiero entender cómo funciona el mundo. Si no entiendo algo, lo pregunto. Siempre pregunto por el objetivo principal de un producto o un proceso. Y, si existe potencial de optimización, ¿qué tecnologías permiten conseguirla? Y, si no existe la tecnología adecuada, ¿cómo podemos desarrollarla? Cuando uno da tantas vueltas a las cosas, de repente se encuentra con que tiene que resolver muchas tareas. Después, todo se vuelve realmente interesante. Y ese es exactamente el punto al que quiero llegar siempre. Porque el lema de mi vida es: el futuro es ahora.

¿Cómo ve el futuro de la movilidad?
En 2007 no pensaba que todo llegaría a ser eléctrico. Sin embargo, cuando entré en Audi en 2012 ya se perfilaba claramente ese camino. Ya había vehículos híbridos y la calidad de las baterías había mejorado. Se tenía una idea de cómo evolucionaría la tecnología; además, la creación de la fórmula E y nuestro trabajo de persuasión tuvieron éxito. El desarrollo de tecnologías disruptivas avanza vertiginosamente, como ocurrió con los teléfonos móviles, Internet y la televisión. Aún no se han resuelto todos los retos de la movilidad eléctrica. No obstante, el tema también ha llamado la atención porque la Fórmula E ha demostrado que la movilidad eléctrica es atractiva.

¿Se puede detener el avance de la movilidad eléctrica?
No. El futuro está ahí y tiene buena pinta. No cabe la menor duda. La movilidad eléctrica no es cuestión de gustos. Es, sencillamente, la mejor solución. Solo hay que fijarse en la física que hay tras ella: el motor eléctrico tiene una eficiencia mucho mayor que el motor de combustión. No cabe duda de que el futuro es eléctrico, y eso se aplica a todo. Bueno, tal vez no a los cohetes, porque funcionan siguiendo otro principio. Pero incluso llegará un momento en que los aviones también serán eléctricos.

¿Hay alguna cosa que no le interese en absoluto?
Probablemente no muchas. Aunque las ciencias naturales me interesan más que las ciencias sociales. Quiero saber qué estructuras básicas determinan el mundo. Trato de estar al día en lo que a tecnología se refiere, especialmente en el campo de la física y también de las matemáticas.

Actualmente, usted mismo viaja hacia el futuro con un Audi e-tron GT quattro.
Es un coche fantástico, un objeto de deseo que despierta el gusto por la tecnología. La gente se da cuenta de que la sostenibilidad y el rendimiento no son mutuamente excluyentes, sino que se pueden combinar. Por supuesto, el Audi e-tron GT quattro por sí solo no cambiará el mundo. Pero supone un hito.